El
catálogo es el principal medio para mostrarnos al mundo.
Tradicionalmente, este documento ha sido un medio impreso en el que nos
representábamos. Como medio impreso, tiene el inconveniente de ser caro y
de que resulta obsoleto en un cierto tiempo (puesto que vamos
produciendo trabajo sistemáticamente). Además, su visibilidad es muy
reducida, limitando su alcance a quienes tenemos alrededor.
Hoy
en día este elemento ha sido sistemáticamente substituido por el
catálogo online o por la web (o por un híbrido entre ambas), que nos permite organizar nuestros
trabajos y actualizarlos de una forma rápida y relativamente barata. El
catálogo físico, de esta manera, se convierte en un objeto
complementario y puntual que, aún así, resulta valioso por su fisicidad y
por el valor de su diseño. (consideremos que, si conservamos solo
copias digitales de nuestro trabajo, eventualmente podemos perderlas. El
catálogo se convierte, de esta forma, en un elemento de conservación).
Indistintamente, tanto si hablamos de un catálogo tradicional como de una web, se aplican los mismos CONDICIONANTES:
- Nos tiene que vender como personajes y como artistas.
- Debe transmitir una idea clara sobre nuestra postura versus la creación
- Debe ser visual, aunque puede usar la tipografía a tal fin.
- Debe tener al menos una explicación breve de lo que estamos mostrando
- No es, generalmente, un libro de artista o una muestra de net-art aunque puede funcionar como una pieza de arte.
- Tiene que transmitir una idea o sensación general, compuesta por elementos más pequeños (nuestros trabajos).
- Debe ser claro, siempre que nuestro trabajo no requiera lo contrario.
Entonces...
- Consideraremos nuestro dossier/web con la misma importancia que a uno de nuestros trabajos.
- Haremos un esfuerzo en discernir cuál es nuestro objetivo con el acto artístico, simplificando y seleccionando lo más importante y significativo.
